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Compromiso organizacional imprescindible para el éxito de tu negocio

Compromiso organizacional: imprescindible para el éxito de tu negocio

Si tuvieras que escoger todos los aspectos que una empresa necesita para prosperar y tener éxito, ¿qué incluirías?

¿En esta lista te acordarías de incorporar el compromiso organizacional? Muchos acostumbramos a olvidarnos de la trascendencia de este factor. Sin embargo, para cualquier empresa es imprescindible disponer de trabajadores comprometidos.

Frecuentemente su presencia se traduce en menores índices de abandono laboral, menores tasas de absentismo, mejor ambiente laboral y mayor productividad, entre otros efectos deseables. En definitiva, mejores resultados económicos para la empresa.

 
Este artículo es una parte de la Guía que hemos producido para entender y mejorar el desempeño de los talentos humanos de una empresa, puedes acceder a todo el contenido clicando en Motivación vs. Compromiso.

Si tuvieras que escoger todos los aspectos que una empresa necesita para prosperar y tener éxito, ¿qué incluirías?

¿En esta lista te acordarías de incorporar el compromiso organizacional? Muchos acostumbramos a olvidarnos de la trascendencia de este factor. Sin embargo, para cualquier empresa es imprescindible disponer de trabajadores comprometidos.

Frecuentemente su presencia se traduce en menores índices de abandono laboral, menores tasas de absentismo, mejor ambiente laboral y mayor productividad, entre otros efectos deseables. En definitiva, mejores resultados económicos para la empresa.

 
Este artículo es una parte de la Guía que hemos producido para entender y mejorar el desempeño de los talentos humanos de una empresa, puedes acceder a todo el contenido clicando en Motivación vs. Compromiso.

¿Qué entendemos por compromiso?

Definir qué es compromiso — por lo tanto, también reconocerlo — es una tarea menos sencilla de lo que puede parecer a priori. Evidencia de ello es que algunos especialistas en la temática, como los investigadores Meyer & Allen, diferencian hasta tres tipos de compromiso organizacional:

 

1) Compromiso afectivo: se refiere a una fuerte conexión emocional del empleado con la organización. Este vínculo se adquiere como consecuencia de la satisfacción de necesidades — especialmente las psicológicas — y expectativas por parte de la empresa. En consecuencia, el trabajador disfruta de su continuidad en la organización y se siente orgulloso de pertenecer a ella.

2) Compromiso de continuación: la persona se siente unida a la institución porque ha invertido tiempo, dinero y esfuerzo; inversión que perdería si abandona la empresa. Generalmente las personas que tienen un alto nivel de compromiso de este tipo perciben que sus oportunidades fuera de la empresa no son muy amplias.

3) Compromiso normativo: deber moral que siente el trabajador a responder de forma recíproca hacia la empresa como correspondencia a las oportunidades o recompensas recibidas (buena retribución, mejoras laborales, trato personalizado, etc.).

Modalidades de compromiso

Las tres modalidades de compromiso mencionadas pueden generar un impacto positivo en una empresa. Sin embargo, por norma general, el compromiso afectivo genera frutos mucho más estables. Esto tiene una razón de ser.

El hecho es que una persona con un alto nivel de compromiso afectivo considera que sus necesidades más complejas, autorrealización y reconocimiento, están totalmente satisfechas en la empresa. Cuando una persona siente que estos últimos peldaños de la pirámide están cubiertos, podemos afirmar que es feliz.

Si una organización consigue crear un clima libre de prejuicios, en donde impera la espontaneidad, el trabajo en equipo es resolutivo, existe confianza recíproca, etc. sus miembros se sentirán orgullosos y satisfechos. En consecuencia, serán notablemente más productivos, no querrán irse a otra compañía y, además, muy probablemente actuarán como promotores de la empresa por voluntad propia. Como puedes apreciar, todo ventajas.

Los beneficios tienden a ser menores en los otros tipos de compromiso. En el caso del compromiso de continuación, éste está estrechamente ligado al segundo peldaño más cercano a la base: la seguridad. Es el miedo a perder algo de valor lo que actúa como estimulante. No es el mejor impulsor de productividad, aunque puede promover a incrementarla.

A decir verdad, una persona activada únicamente por el miedo no ayuda a crear un buen ambiente de trabajo. Además, como existe margen de mejora en la satisfacción de necesidades de esa persona, otras empresas pueden aprovechar la coyuntura para poder hacerse con sus servicios.

Por otro lado, el compromiso normativo está más unido a la afiliación. Si un empleado presenta niveles altos de compromiso normativo significa que la empresa ha conseguido que éste se haya sentido muy apreciado por la compañía en algún momento. Debido a ello, la persona experimenta un sentimiento de obligación moral de reciprocidad hacia la empresa.

A diferencia del compromiso de continuación, el normativo cuenta con la ventaja de que el principal estimulante no es el miedo. Esta particularidad conlleva mayores efectos positivos en el ambiente laboral y la rotación de personal que con el compromiso de continuación.
Y tú: ¿Qué rasgos representan mejor el compromiso organizacional para ti? 
¿Qué te mantiene unido y comprometido a tu trabajo?
 

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